¡¡¡EL PANDERO QUE NUNCA FUÉ PANDERO!!!
Ya en los años que he vivido se han borrado o quedado en el olvido vivencias felices y tristes, los años me han dado la experiencia de vida, buenas o malas, pero al fin es la vida que he vivido. Hay algo que me aferra a mis tiempos de Niño, "El Pandero que Nunca fué Pandero", lo que corresponde al pasado, nos hace subirnos a la "Maquina del Tiempo" donde conforme retrocedemos fluyen los recuerdos y se desean los anhelos no cumplidos, nos ubicamos en la época del suceso y como si estuviéramos de nuevo ahí, la vivimos. Ya subido en esa "Maquina del Tiempo" Recuerdo que..
Primera Parte.
En fechas cercanas a la época decembrina, en donde aflora el amor, los buenos deseos, los buenos sentimientos, las ilusiones se renuevan y sobre todo se asiste a "Las Posadas" ir y escuchar las letanías, los cantos, los versos y sobre todo la "sinfonía musical" de Los Panderos, con ese sonido que produce el toque magistral que cada niño, joven o adulto le imprime al Tocar el Pandero, por supuesto Yo no tenía un Pandero, pero regresaba a casa ilusionado de tener uno, por eso algunas tardes después de salir de la escuela, eran tiempos de la primaria, me daba a la tarea de visitar a algunos amigos de mi Padre que eran carpinteros (con esto digo que no contaba con dinero para comprar uno) y les decía que si me podían hacer un Pandero, ninguno se me negó, solo que me decian que en cuanto tuvieran tiempo lo harían, ah, que mientras tanto consiguiera la "Vejiga de la Vaca", lo bueno es que nunca me mandaron a matar algún gato. Como yo era quien temprano antes de ir a la escuela hacía el mandado del mercado, bien recuerdo que decía Mamá, Manolo ya párate, en el ropero hay dinero, agarra tanto, y compra esto y esto... ese era un momento preciado para mí pues me daba la oportunidad de tratar de conseguir la "Vejiga de la Vaca", esto me lleva a recordar a todos esos señores que temprano, llegan con sus productos al mercado para que los hogares Tlacotalpeños cuenten con los alimentos frescos, Ah Don Matías Romero, hombre que recuerdo con alegría, era a quien le compraba la carne, amigo de la familia y por supuesto a mí me trataba con la deferencia que un Adulto le dá a un Niño, le decía, oiga Don Matías podría regalarme la "Vegida de la Vaca, Manolo para que la quieres, ah Don Matías me van a hacer un Pandero para ir a Tocarlo a las Posadas, ah que bien Manolo, yo te la traigo, como hombre de palabra, al llegar de nueva cuenta a su Carnicería, Oh que alegría, ahí estaba la "Vejiga de la Vaca" colgada, ¡¡¡Bonita, como la ilusión y alegría que me produjo y que aún siento, a pesar de los años que han pasado!!! gracias Don Matías su recuerdo perdura en mi Corazón de Niño y de Hombre.
Segunda Parte.
Con "Vejiga de la Vaca" en mano, llego a la casa contento, voy a la escuela, se me hicieron eternas las horas para salir de clases, regreso a casa, almuerzo, hago los quehaceres o mandados y aunque mis amigos ya estaban afuera de sus casas, pues jugábamos como todas las tardes una cascarita, al tu la traes, al encantado y otros juegos, eso no me importó, sali corriendo hacía una de las carpinterías, el amigo de mi Padre ya había cerrado, ah pero, estaba otro, este si estaba, hola Manolo que te trae por acá, ah pues como le pedí, me puede hacer usted un pandero?, mire, como me dijo, ya conseguí la "Vejiga de la Vaca", ah, dejame verla, oye Manolo está bonita, con quien la conseguiste, ah pues con Don Matías, cuanto te costó, nada, me la regaló, ah que bien, Don Matias como siempre, buena gente, si señor así es. Bueno ahí dejamela, ahorita que haga un tiempito te hago tu Pandero..
Ya iríamos como por la tercera o cuarta posada y acudía a diario a ver al amigo de mi Padre, Manolo regresa después, no ha habido tiempo,pero no te preocupes vas a tener tu Pandero, pasaron las posadas, pero pues todavía no acababa diciembre y la oportunidad ahí estaba de tocar el "Pandero, Mi Pandero", mientras tanto, Manolo decía Don Matías, que tal como suena ese Pandero, ah Don Matías, me lo están haciendo, ah bueno, ahi me lo enseñas, Si Don Matías...Pasaron las fiestas decembrinas, llegó Febrero, "La Vejiga de la Vaca" se desinfló, se puso tieza algún tiempo permaneció colgada, esperando su armazón, y de pronto ya no estaba.
Tercera Parte..
Mis emociones, mis ilusiones, se fueron diluyendo en el tiempo de la niñez, de la adolescencia, de la juventud, de la madurez otras cosas ocuparon mi pensamiento, otras emociones surgieron pero no sé, talvez en el ocaso de mi vida pueda cumplir ese anhelo, de tener "EL PANDERO QUE NUNCA FUÉ".
PANDERO ESTANZUELA
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