TLACOTALPEÑOS EN EL EXILIO, YA ESTA PRONTO EL REGRESO
De mí les puedo decir que soy un Tlacotalpeño en el exilio, soy de esos que por azahares del destino tuvo que salir del terruño buscando otros horizontes, no mejores como a veces suele decirse y sabemos que nuestra patria está plagada de bellos horizontes, pero que mejor horizonte para un Tlacotalpeño que su terruño.
Soy de la generación de Tlacotalpeños de antes del boom jaranero y decimista, pero no por ello he dejado de apreciarlo como un parteaguas en la vida de mi pueblo, como lo fué tambien la construcción del Puente Tlacotalpan en 1976, del cual también soy anterior, pues tengo recuerdos imborrables de esas peripecias para pasar al otro lado del rio en la "Panga"
Recuerdo aquel frenesí que sentía cada que se acercaban las Fiestas en Honor a la Virgen de la Candelaria, La Semana Santa, las Fiestas en Honor a San Miguel Arcangel en el Barrio de San Miguelito, en donde nací, o las Fiestas de Diciembre, porque como ustedes saben en diciembre Tlacotalpan también está de fiestas, imagínense en época de la "Panga", cuando desafortunadmante, casi siempre, el camión de pasajeros se retrasaba y en ocasiones parados desde la Cd de México, algunas noches las tuve que pasar durmiendo en las sillas de los merenderos de "Buenavista", o si lograba pasar y no había como transportarse, pues a pie, auyentando a los perros de la tunilla o de las rancherias apostadas a lo largo y no ancho de la carretera o muro de contención que todavía sigue siendo la carretera para llegar a la tierra.
Soy de la generación de Tlacotalpeños de antes del boom jaranero y decimista, pero no por ello he dejado de apreciarlo como un parteaguas en la vida de mi pueblo, como lo fué tambien la construcción del Puente Tlacotalpan en 1976, del cual también soy anterior, pues tengo recuerdos imborrables de esas peripecias para pasar al otro lado del rio en la "Panga"
Recuerdo aquel frenesí que sentía cada que se acercaban las Fiestas en Honor a la Virgen de la Candelaria, La Semana Santa, las Fiestas en Honor a San Miguel Arcangel en el Barrio de San Miguelito, en donde nací, o las Fiestas de Diciembre, porque como ustedes saben en diciembre Tlacotalpan también está de fiestas, imagínense en época de la "Panga", cuando desafortunadmante, casi siempre, el camión de pasajeros se retrasaba y en ocasiones parados desde la Cd de México, algunas noches las tuve que pasar durmiendo en las sillas de los merenderos de "Buenavista", o si lograba pasar y no había como transportarse, pues a pie, auyentando a los perros de la tunilla o de las rancherias apostadas a lo largo y no ancho de la carretera o muro de contención que todavía sigue siendo la carretera para llegar a la tierra.
Pero eso no importaba pues venia con mucho gusto pues estaba la novia en el terruño y era ocasión para reunirse con los amigos.
Les puedo decir que las fiestas eran mas locales, o por lo menos, si convocaban a visitantes eran o familiares o vecinos regularmente de las rancherias o de los Pueblos de la Cuenca, que tienen una manera de festejar o de devoción muy similar a la nuestra.
Con la apertura del Puente eso ya fué otra historia y otra histeria, pues aquellos que estabamos acostumbrados a ser los protagonistas fuimos poco a poco dejandole el lugar a los visitantes y el pueblo para muchos ya no volvió a ser el mismo, creo que para bien, pues ha sido todo ello como un detonante para que se conociera nacional e internacionalmente, salvo los excesos que a veces vemos, como el maltrato a los toros y el correr del alcohol sin control en ciertos momentos, esto no logra empañar el explendor de todos los demas festejos, es inenarrable como se siente la adrenalina correr por el cuerpo al verse frente al Toro o perseguido por él, o el cosquilleo o gusto que produce el otro toro, el de Guanabana, de Cacahuate o hacerse el "tonto" de que no se puede agarrar el hueso del de Jobo o tambien ese "dikicoco" coco con ginebra o alcohol y si no hay pues aunque sea con caña. Claro está todo con medida.
Con la apertura del Puente eso ya fué otra historia y otra histeria, pues aquellos que estabamos acostumbrados a ser los protagonistas fuimos poco a poco dejandole el lugar a los visitantes y el pueblo para muchos ya no volvió a ser el mismo, creo que para bien, pues ha sido todo ello como un detonante para que se conociera nacional e internacionalmente, salvo los excesos que a veces vemos, como el maltrato a los toros y el correr del alcohol sin control en ciertos momentos, esto no logra empañar el explendor de todos los demas festejos, es inenarrable como se siente la adrenalina correr por el cuerpo al verse frente al Toro o perseguido por él, o el cosquilleo o gusto que produce el otro toro, el de Guanabana, de Cacahuate o hacerse el "tonto" de que no se puede agarrar el hueso del de Jobo o tambien ese "dikicoco" coco con ginebra o alcohol y si no hay pues aunque sea con caña. Claro está todo con medida.
Degustar esos platillos tan exquisitos de la Gastronomía o esos frijoles refritos acompañados con longaniza frita o de la olla con arroz y queso fresco que mi abuela hacía de ese que hace chirriar los dientes y unas tortillitas hechas a mano que tambien la abuela, la madre o las tías nos hacian.
Así que a prepararse para estar pronto en el pueblo.
Así que a prepararse para estar pronto en el pueblo.
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