Soñé en volver al pueblo
al caserío bullente y vocinglero
donde de enero a enero
dialogan sus palmeras con el río
y sus portales son como sus gentes,
LIMPIOS, HOSPITALARIOS Y SONRIENTES.
Gonzalo Beltrán Luchichí
Tengo y guardo recuerdos imborrables de las peripecias para pasar del otro lado del rio en la "PANGA" de Buenavista.
Recuerdo aquel frenesí que sentía cada que se acercaban las Fiestas en Honor a la Virgen de la Candelaria, La Semana Santa, las Fiestas en Honor a San Miguel Arcangel en el Barrio de San Miguelito, en donde nací, o las Fiestas Decembrinas, porque como ustedes saben en Diciembre Tlacotalpan también está de fiestas.
Imagínense en época de la "PANGA", cuando desafortunadmante, casi siempre, el camión de pasajeros se retrasaba y en ocasiones parados desde la Cd de México, algunas noches las tuve que pasar durmiendo en las sillas de los merenderos de "Buenavista", o si lograba pasar y no había como transportarse, pues a pie, ahuyentando a los perros de la tunilla o de las rancherias apostadas a lo largo y no ancho de la carretera o muro de contención que todavía sigue siendo la carretera para llegar al Terruño y la sensación sentida cuando ya llegando oir el ruido de un motor del vehículo que se acerca y que acababa de pasar en la Panga.
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AQUI ALGO SOBRE EL TEMA.
EXTRACTOS DEL RELATO LA HISTORIA DE LA PANGA.....
por MARIA ELENA ROCA GUZMAN.
https://www.facebook.com/notes/riqueza-cultura-y-expresion/la-historia-de-la-panga/131580290254521/
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Las palabras, con ese dejo cuenqueño tan peculiar, brotaron abundantes, sonoras y sencillas en el relato que me hizo Don Salvador.
Su plática, los letreros de los precios y un cartel que adornaban a este vehículo acuático, hicieron que me transportara, momentáneamente, a los años setenta, o a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando estas embarcaciones, hicieron su aparición en el Papaloapan, para el traslado, entre ambas márgenes, de vehículos de carga y personas. Las pangas de ese tipo, son chalanes con cubierta y de fondo plano. No tienen proa porque ambos extremos son iguales, para facilitar el ascenso y descenso de vehículos, son de motor y su locomoción es a través de un cable de acero, asegurado en las dos orillas, pasando por un rodillo, en el centro de la embarcación, que enreda por un extremo y desenreda por el otro y que con el auxilio de poleas, permite el movimiento sobre el río.
En las décadas de los setenta, contó Salvador Miranda: “Un grupo de tlacojalpeños consideró la posibilidad de adquirir una panga, que de inmediato se ligó a la embarcación de ese tipo, más conocida en la cuenca.
Tres años atrás los trabajadores fluviales de Tlacotalpan –ya se había construido el puente sobre el río Papaloapan a la altura de Buenavista- declinaron a sus derechos, sobre la panga de Buenavista y la familia Malpica Miméndi, que formaban parte de la administración de esa embarcación, la donaron a los alvaradeños, que habían compartido la operación del servicio con los tlacotalpeños. La donación incluyó una deuda, pero al fin, como propietarios, decidieron anclarla por tres años, en algún lugar de la rivera frente al puerto de Alvarado, mientras le encontraban destino al “Ferry”.
Humberto Lavalle Vega, encabezó la administración municipal, en el trienio comprendido, entre el primero de diciembre de 1973 y el 30 de noviembre de 1976. El dio continuidad a las gestiones para la compra de la embarcación, iniciados en trienios anteriores; desde que fue alcalde Juan Patatuchi Parra; que no habían podido llegar a un arreglo con las organizaciones de trabajadores fluviales de Tlacotalpan articulados a una organización semejante de Alvarado, ambos reclamantes de derechos sobre la embarcación.
El alcalde Lavalle lo primero que hizo fue .........
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. La idea del presidente municipal prendió como pólvora y todos nos dimos a la tarea de formalizar la compra de la panga que había prestado sus servicios por muchos años en Buenavista, para trasladar vehículos y gentes a Tlacotalpan y/o Alvarado. El pago inicial pudo hacerse gracias al apoyo que brindaron los agricultores y productores de caña”.
Emocionado Miranda Delfín, nos narra los pormenores de la compra ........
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“Luego de dar el anticipo, un mes después, la remolcamos rumbo al Salado. El traslado se inició a la una o dos de la mañana, porque sabíamos que podían generarse conflictos con algunos alvaradeños, porque mientras que nosotros estábamos felices por adquirirla, ellos estarían tristes porque ya no la verían más, y así fue. A pesar de que era la madrugada, un grupo se dio cuenta que ya nos la llevábamos por el río con un remolcador, y entonces la empezaron a seguir. Cuando llegaron a ella ya estaba atracada en el muelle del Ingenio de San Cristóbal, y no les quedo más que regresar, pero hicieron muchos reclamos y durante un tiempo “nos hicieron la vida pesada”. Luego intervinieron los trabajadores fluviales de Tlacotalpan y la junta de mejoramiento de este lugar, al final tuvimos que contratar a un abogado para solucionar el problema”.
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B. En Tlacotalpan y Alvarado
La panga dejó de funcionar en Buenavista, cuando se construyó el puente, en los años setenta; después los trabajadores de Tlacotalpan declinaron sus derechos y en 1974 la familia Malpica Mimendi la donó a los alvaradeños, entonces quedo anclada hasta 1977.
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Las pangas proporcionan un servicio colectivo, por tanto, alrededor de ella, como en otras actividades del municipio de Tlacojalpan prevalecen las formas tradicionales y se encuentra presente un sentimiento comunitario y de identidad, eso se hizo evidente en el relato de Salvador Miranda, al referirse a los “roles” que desarrollo el patronato, la Unión de Trabajadores Fluviales de Alvarado y Tlacotalpan, incluso el grupo de alvaradeños que se inconformo por la salida de este vehículo de su territorio; también está en la forma en la que él asumió su participación para que su población tuviera este servicio.
En los vehículos acuáticos se articula la tradición y modernidad, porque así como constituye formas tradicionales de organización; también su presencia en la década de los cincuenta, sesenta y setenta, enunciaba los avances tecnológicos que propiciaban una alternativa para que los cuenqueños de la margen derecha del río pudieran trasladarse a otros espacios con más facilidad.
C. La función económica de la panga
Los propietarios iníciales de la panga que ahora se encuentra en Tlacojalpan, según Gustavo Vergara (1998:50) eran “La Unión Marítima y fluvial de Alvarado”. Fue construida en los años cincuenta y para su manejo se formó una sociedad que se protocolizó -una década después-, la encabezaba Juan Malpica Silva fundador del periódico Dictamen en Veracruz – este diario es señalado como decano de la prensa Nacional, Debido a que su origen fue el 2 de enero de 1868 por don Pedro Lucas Malpica Díaz, en la ciudad de Tlacotalpan, Veracruz-, su incursión periodística le generaba un poder político en el ámbito estatal y en la Cuenca; otras personas que formaron parte de esta junta fueron: Juan Lara Mortera, Javier Malpica Mimendi, Raúl Lara Mortera, Arcadio R. Almeida.
El vehículo acuático se denominó “Ferri Bote Tlacotalpan, Servicio Buenavista y Macuile” y propició un elemento de identidad entre dos poblaciones cuenqueñas. Su pertenencia se discutía entre los tlacotalpeños y alvadareños, los cuales siempre han expresado su rivalidad especialmente en los juegos de beisbol y en algunas de sus manifestaciones culturales; sin embargo, guardan múltiples vínculos afectivos y familiares; en este caso las diferencias eran básicamente porque la panga representaba una importante fuente de trabajo para los habitantes de estos municipios.
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El manejo de la panga generaba riñas continuas y versiones de falta de transparencia en los manejos de recursos por parte de ambos grupos. Los ingresos generalmente los administraban las Juntas de Mejoras o Patronatos. Unos y otros se echaban la culpa continuamente sobre la ausencia de dinero o malos manejos, incluso se generaban versiones con nombres y apellidos, eso dio lugar a que alguno de los integrantes de los organismos que la regulaba pusiera un letrero que permaneció, a la vista de los usuarios por un tiempo considerable y que decía: “CON TU LENGUA NO SE HARÁ NADA, HABRÁ CORTE DE CAJA”, lo que marca el nivel de los reclamos y la crítica.
CORTO AQUI EL EXTRACTO, CONTINUA EL RELATO, QUE PUEDE SEGUIR LEYENDO EN EL DOCUMENTO PUBLICADO EN EL GRUPO DE LA AUTORA.
Pero eso no importaba pues venia con mucho gusto pues estaba la novia en el terruño y era ocasión para reunirse con los amigos.
Con la apertura del Puente eso ya fué otra historia y otra histeria, pues aquellos que estábamos acostumbrados a ser los protagonistas fuimos poco a poco dejandole el lugar a los visitantes y el pueblo para muchos ya no volvió a ser el mismo,
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