REFERENCIA HISTORICA
Miércoles 9 de octubre de 1991
IMPOSICIÓN DE LA MEDALLA DE HONOR "BELISARIO DOMÍNGUEZ" AL CIUDADANO
DOCTOR GONZALO AGUIRRE BELTRÁN Y ENTREGA DEL DIPLOMA CORRESPONDIENTE
El C. Presidente: Ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos: Con fundamento en los acuerdos aportados por el Senado en los términos de las normas legales que rigen la "Medalla Belisario Domínguez", ruego a usted que en carácter de Jefe de estado imponga dicha presea al Doctor Gonzalo Aguirre Beltrán y le haga entrega del diploma que lo acredita como miembro de la Orden Mexicana de dicho galardón.
El C. Secretario Pacheco Moreno: Ruego a todos los presentes ponerse de pie.
(Todos de pie)
(El C. Presidente de la República impone la medalla al Doctor Aguirre Beltrán y le hace entrega del Diploma).
PALABRAS DEL CIUDADANO DOCTOR GONZALO AGUIRRE BELTRÁN
Ciudadano Presidente de la República; ciudadano Presidente de la H. Cámara de Senadores; ciudadano Presidente de la Suprema corte de Justicia de la Nación; ciudadanos Diputados; señoras y señores:
Deseo ante todo expresar públicamente mi profunda gratitud al Senado de la República por haberme otorgado la Medalla de Honor "Belisario Domínguez" 1991. Mi agradecimiento comprende, apenas es necesario decirlo, a la Comisión de Postulaciones de esta H. Asamblea, por elegirme entre un acopio de mexicanos ilustres para presentarme como candidato a tan destacada honra.
Invariablemente, cada año celebra el Senado la gesta de uno de sus miembros próceres: El Doctor Belisario Domínguez, Senador por el estados de Chiapas y oriundo de Comitán de las Flores, quien ofrendó su vida en defensa de la libertad de expresión, de los derechos humanos, en uno de los momentos aciagos de la historia de México.
La vida del Senador Domínguez y su conducta ejemplar frente a la dictadura del usurpador Victoriano Huerta han sido motivo de abundante indignación, y todos quienes han hurtado en ellas, en la vida y en la conducta del Senador Domínguez, les juzgan y estiman honestas, dignas de ser recordadas como pautas de valor y civilidad.
Ser honrado con la Medalla que lleva su nombre, Medalla que fue instituida por una Asamblea Legislativa de rango y decoro muy altos, como lo es el Senado de la República, transfiere a quien la recibe parte de la honra de que ha sido investida y contrae el compromiso de servir a la Patria y a la humanidad en grado eminente, con rectitud de comportamiento y limpieza de ánimo.
Deseo también manifestar mi complacencia al saber que la presea me ha sido conferida por unanimidad. Dicho con otras palabras, recibí el voto aprobatorio de los ciudadanos Senadores sin mengua de su militancia en tendencias políticas diferentes. Lo anterior significa la factibilidad de coincidencia en materias ligadas con nuestra identidad y con los valores inherentes a nuestra cultura.
Finalmente quiero hacer notar que el Artículo Tercero del Decreto del 28 de enero de 1953 que crea la Orden Mexicana de la Medalla de Honor "Belisario Domínguez" del Senado de la República, faculta al Jefe de la Nación; miembros del Poder Ejecutivo Federal; Legislaturas de los Estados; Universidades del país; organizaciones sociales o cualesquiera otras instituciones que representen el ambiente cultural de la época, a proponer candidatos a la Medalla de Honor, y cuando no es costumbre mencionar a los proponentes, me tomo la libertad de dar a conocer a uno de ellos: El Instituto , Institución que representa al ambiente cultural de los grupos étnicos del país, generalmente llamados indios.
Puedo considerar al Instituto Nacional Indigenista como la Institución donde desarrollé gran parte de mi actividad de carácter específicamente social y donde colaboré con más intensidad en la elaboración de las bases teóricas en donde se funda el paradigma indigenista integrativo y en consecuecia conde ofrecí mis mejores aportaciones en servicio de la Patria y de la humanidad.
Permítaseme utilizar esta tribuna para poner de relieve alguno de los momentos importantes de la contienda que México ha sostenido para constituir un Estado-Nación con los distintos sectores que contiene su territorio. Como es bien sabido la invasión de Mesoamérica por los españoles y el establecimiento en ella conjugación de dos Repúblicas: la de españoles y la de indios. La primera son el carácter de casta dominante y la segunda de casta sojuzgada.
El sistema de castas así establecido implicó la segregación de los indios en comunidades corporadas durante los 300 años de la dominación europea.
En la República de españoles quedaron incluidos los negros esclavos, las mezclas y los criollos o nacidos en América. Al sobrevenir la Independencia los padres fundadores de nuestra nacionalidad abolieron la esclavitud y el sistema de castas y otorgaron igualdad ante la Ley a todos los pobladores cualesquiera que fueran sus características raciales.
Los nacidos en el país fueron declarados ciudadanos libres, iguales y fraternos de una República para todos de corte liberal, pero hundida en luchas fraticidas, que no tomaron en cuenta a los indios en la formación de una sociedad civil, realmente igualitaria.
La territorialidad de las comunidades indias, se vio particularmente afectada por el individualismo prevalente.
Al finalizar la dominación colonial, los indios constituían el grupo mayoritario de la nación.
Durante los siglos XIX y XX, sin embargo, el incremento de la población india se vacía en el mestizaje, conserva el número absoluto de tres y medio millones, mientras el relativo baja del 60% de la población total, al 6 0 7%, según los últimos censos.
La Revolución de 1910 reconoce a los indios el derecho a la propiedad comunal, e implementa el movimiento agrario que dota de tierras a las comunidades despojadas.
Frente al indio, la Revolución instaura una política integrativa, que camina bajo el rubro de incorporación del indio a la civilización política, que si bien se vanagloria con los grandes monumentos de la cultura mesoamericana y se apropia de valores negativos, no acepta costumbres, ideas y valores de los grupos étnicos supérstites, a los que consideran inferiores.
En 1940, con motivo de la celebración del Primer Congreso Indigenista Interamericano los antropólogos mexicanos, tomando en cuenta los postulados del ralativismo cultural, proclaman la difinidad del indio y el respeto s sus culturas y, al propio tiempo, postulan una política integrativa, que se propone la restauración de la territorialidad india y el fomento de las lenguas vercáculas, como medio de sustentar la continuidad de las culturas mesoamericanas y el incremento del mestizaje biológico y cultural, como forma de consolidación de la identidad de los mexicanos.
En la antropología social, tal y como en México la define Moisés Sáenz, se conjugan la sociología rural y la etnología. Es, como lo querían Manuel Gamio y Alfonso Caso, una ciencia política, una disciplina aplicada al estudio de la población para el buen Gobierno.
A partir de entonces destaca la antropología social su preeminencia como teoría y práctica del indigenismo, y elabora una metodología integrativa, destinada a promover el desarrollo progresivo de la pluralidad de las comunidades indias, dentro de un Estado Nación.
Es éste, la participación de los grupos étnicos, se verifica salvaguardando la etnicidad distintiva de cada grupo para que se convierta en vigoroso factor de unificación, no de divergencia o de sentimiento.
A esta empresa me tocó, como destino aportar ideas, prácticas y esfuerzos en unión de otros colegas empeñados en la misma tarea.
El reconocimiento que hoy se me hace implica, además, reconocer la vitalidad de un paradigma que tiene en alta estima las formas de vida humana, las formas de vida indias en el presente y en el futuro.
EL DOCTOR Y ANTROPOLOGO GONZALO AGUIRRE BELTRAN, HIJO DE OTRO ILUSTRE Y ALTRUISTA TLACOTALPEÑO DEL MISMO NOMBRE, NACIO EN LA CIUDAD DE TLACOTALPAN, VER., EL AÑO DE 1908 Y MURIO EN LA CIUDAD DE XALAPA, VER., EN EL AÑO DE 1996.
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